Que es la terapia Gestalt??
La
Palabra Gestalt se traduce como “forma” o “configuración”. La gestalt se
refiere a los fenómenos de percepción, el carácter global de la percepción,
como una totalidad que integra figura y fondo.
La figura es aquello que se percibe como
sobresaliente en el campo perceptual, y
que tiene una forma definida; mientras que el fondo es algo indefinido, cuya
función es servir de base envolvente a la figura
Esta relación figura-fondo es dinámica. Si la
figura capta la atención del observador, la gestalt será definida, y el fondo
tendrá escasa presencia.
Por ejemplo, cuando busco un objeto especifico en la calle. El objeto es una figura emergente del fondo
indiferenciado del paisaje urbano.
Luego, cuando el objeto pierda interés para el
observador, se confundirá de nuevo con el fondo, del cual podrá emerger otra
figura distinta, y así crearse una nueva gestalt , una nueva entidad
perceptiva.
Técnicas de la
Psicoterapia gestáltica
LAS TÉCNICAS
A
veces las técnicas gestálticas toman forma de juegos cuya finalidad es hacernos
conscientes de nuestros sentimientos, emociones y conductas. A menudo los
juegos se trasforman en técnicas y las técnicas en juegos
Los
juegos son numerosos, y resulta imposible enumerar todos los que actualmente se
utilizan, ya que continuamente se van creando otros nuevos. Su finalidad es la
de ayudar al paciente a sacar sus resistencias a la luz, promover una mayor
toma de conciencia de lo que hace, piensa, dice o siente, y facilitar su proceso
de maduración, al pasar por momentos o situaciones de bloqueo profundamente
fijados y arraigados en el cuerpo y en la mente; en definitiva, en el ser
humano como totalidad.
Los
juegos son auténticos filones de experimentación. En general son sencillos de aplicar.
Facilitan que nos centremos más en nosotros mismos y en nuestra relación con el
entorno, el que tomemos una mayor conciencia de una forma directa y sencilla de
nuestra forma de contactar con el mundo, y permiten que los intercambios con el
ambiente sean más gratificantes en función de nuestras necesidades. Fomentan el
autoapoyo y la responsabilidad, y nos acercan a nuestra esencia más verdadera.
A
continuación vamos a enumerar algunos de los que usamos en terapia gestáltica.6
Técnica del diálogo, de la silla vacía o de la silla caliente
Ésta
es una de las técnicas por excelencia de la terapia gestáltica. Consiste en
hacer dialogar a las distintas partes que se oponen en el individuo, y en poner
en contacto aquéllas otras que negamos o rechazamos. De este concepto de los
opuestos ya se habló anteriormente.
Esta
visión de los opuestos procede de las tradiciones y de las religiones
orientales. No obstante, fue Jung (1977) el primero en darse cuenta de la
polaridad de la conducta, de los opuestos, que se dan, incluso, en la
naturaleza, y de cómo, cuando una de las características de esta polaridad se
vuelve muy marcada, suele hacerlo en detrimento de la otra. Como ejemplo de
polaridades podemos citar: "el pasivo y el activo", "el bondadoso
y el malvado", "el opresor y el oprimido", "el triste y el
alegre", entre otras muchas. Esta aplicación a la conducta y a la
personalidad abrió un amplio campo para explorar la psicología de los opuestos
y la compensación de ambos. Si uno ocupa mucho espacio, irremediablemente el
otro disminuye su presencia.
Esta
misma polaridad también se expresa con distintas partes del cuerpo, como por
ejemplo con "la mano derecha y la mano izquierda", o en el espacio
con "arriba y abajo" o en el tiempo con "antes y después",
etc. Con la técnica de la silla caliente el sujeto va entablando diálogos entre
las dos partes hasta que las integra y las hace suyas, reincorporándolas a su
personalidad, en especial aquellas partes de sí mismo alienadas y proyectadas.
También
puede desarrollarse el diálogo entre el paciente y alguna persona significativa
para él. Por medio de este juego, el paciente va adquiriendo la habilidad, no
sólo de reincorporar partes suyas proyectadas en los otros, sino también la
capacidad de ponerse en el lugar del otro. Esto le da una nueva perspectiva y
percepción del otro, con una visión nueva que puede ser enriquecedora para él y
para la relación entre ambos, pudiéndose dar una forma de diálogo nueva y más
creativa.
En siguiente Link también podrán obtener información importante y de gran utilidad
http://www.youtube.com/watch?v=R8fl9MhczE4
Hacer la ronda
Cuando
el paciente ha expresado un sentimiento que el terapeuta cree que es
significativo e importante para el propio paciente, hace que lo repita frente a
cada uno de los componentes del grupo. Con esta fórmula, el sujeto experimenta
la expresión de ese sentimiento de forma más variada, y la confronta con los
miembros del grupo en el que emergió ese sentimiento.
Así,
si afirmó que estaba harto del grupo, el terapeuta le dirá que haga la ronda y
diga esa frase ante cada uno de los presentes, y que añada algún sentimiento
que se le vaya ocurriendo ante cada uno, así como que trate de darse cuenta de
lo que va sintiendo a medida que va expresando dicho sentimiento. Es decir, si
lo siente como auténtico o no, y si lo siente como auténtico solamente frente a
alguno de los componentes pero no delante de los demás, y si se da cuenta de
esta diferencia.
Este
juego es bastante flexible, por lo cual no es preciso limitarlo a una acción
verbal, ya que puede incluir otras conductas tales como: acercarse, alejarse,
acariciar, asustar, pelear, etc.
Me hago responsable
Este
juego se basa, en algunos de sus elementos, en el continuo de conciencia, pero
en él todas las percepciones se consideran actos. Por ejemplo, cuando un sujeto
expresa algo que le está sucediendo, se le puede decir que añada a esa
percepción: "Y me hago cargo de ello". Resulta así: "Me doy
cuenta de que mi voz es tranquila, y me hago responsable de ello". "Me
doy cuenta de que estoy nervioso e intranquilo, y me hago responsable de
ello". Con esta fórmula, el paciente deja de echar la culpa al mundo de
sus estados, y tiene la oportunidad de hacer algo por sí mismo para cambiar o
disminuir sus consecuencias.
Aunque
a simple vista parece mecánico, se ve enseguida que tiene una gran importancia.
Sirve para que la persona se responsabilice de sus percepciones y actos, y para
evitar que vaya por la vida echando la culpa de todo lo que le pasa a los
demás.
Le
permite darse cuenta de cuáles son sus necesidades y, como consecuencia,
satisfacerlas, y si no logra satisfacerlas, responsabilizarse de ello y no
responsabilizar al mundo, donde coloca la culpa y el poder. Este juego le
permite ser más activo en el cambio de su conducta y asumir el poder que esto
le proporciona. A partir de esta experiencia tendrá que aceptar que lo que le
ocurre es porque hace o deja de hacer algo, y el resultado es el producto de
sus acciones u omisiones.
El juego de las proyecciones
Ocurre
muchas veces que, percepciones que consideramos realmente como tales, no son
más que proyecciones. Así, un paciente le dice al terapeuta: "No puedo
confiar en usted, usted no me da confianza". Entonces se le pide que
represente a una persona poco digna de confianza. Esto sirve para descubrir su
conflicto interno en este ámbito. A otra persona que
dice: "Usted hace esto sólo por dinero. No está verdaderamente interesado
por mí", se le dirá que haga y actúe como una persona de estas
características: interesada, egoísta y no interesada por el otro. Tras esto, se
le puede preguntar si él no tiene también esos rasgos, y si ha podido ver algo
suyo reflejado en esa persona imitada.
Antítesis o juego de roles
Una de las mayores dificultades con que
tropieza el terapeuta para ayudar a su paciente a ver y tomar conciencia de lo
que le ocurre es que, a menudo, la conducta manifiesta suele ser una antítesis
de los impulsos subyacentes o latentes. Esto suele tratarse en la terapia
gestáltica a través del juego de la antítesis. Para ello se le dice al
paciente, que dice tener timidez o inhibiciones, que juegue el papel de
exhibicionista. Si se trata de una persona que no hace valer sus derechos y que
es delicada en exceso con la gente, se le pedirá que haga el papel de una
persona egoísta y malvada. Con este juego tratamos de desarrollar la polaridad
inhibida, y así liberar la energía contenida en ella, ampliando y mejorando sus
recursos.
Al meterse en estos papeles tan llenos de
angustia para él, toma contacto con una parte de si mismo que había permanecido
reprimida y oculta durante mucho tiempo, pero que suele ser portadora de una
potente energía que hasta ese momento estaba bloqueada.
La
fuerza que tiene este recurso para permitirle al paciente entrar en contacto
con la energía bloqueada, nos invita a menudo, a utilizarlo tanto en grupos
como individualmente. Aunque, evidentemente, su uso en los grupos produce
cambios más espectaculares.
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